A veces cuando escucho
tu voz en el silencio,
parece como si todo
se iluminara de pronto.
A veces cuando escucho
a un pajarillo cantar,
parece asisto a un concierto
de Beethoven o Mozart.
A veces cuando escucho
el agua que lleva el río,
me quedo en silencio un rato
y a las nubes me transporto.
A veces cuando escucho
a un pequeñito llorar,
quisiera aliviar su llanto
y llevármelo a jugar.
A veces cuando escucho
a mi Madre que me habla,
sus palabras son muy sabias
y me invitan a pensar.
A veces cuando escucho
a un perro que me ladra,
entiendo dice un mensaje
de fidelidad y amistad.
A veces cuando escucho
el sonido de tu aliento,
me provoca estrecharte
y un beso en la frente darte.
A veces cuando escucho
que el mar brama inquieto,
en silencio lo admiro
y me quedo satisfecho.
A veces cuando escucho
la fuerte lluvia caer,
quisiera salir corriendo
y de sus aguas beber.
A veces cuando escucho
y no me escuchas a mí,
quisiera que me escuches
como yo te escucho a ti.
Por: Carlos Elizalde Sánchez.
tu voz en el silencio,
parece como si todo
se iluminara de pronto.
A veces cuando escucho
a un pajarillo cantar,
parece asisto a un concierto
de Beethoven o Mozart.
A veces cuando escucho
el agua que lleva el río,
me quedo en silencio un rato
y a las nubes me transporto.
A veces cuando escucho
a un pequeñito llorar,
quisiera aliviar su llanto
y llevármelo a jugar.
A veces cuando escucho
a mi Madre que me habla,
sus palabras son muy sabias
y me invitan a pensar.
A veces cuando escucho
a un perro que me ladra,
entiendo dice un mensaje
de fidelidad y amistad.
A veces cuando escucho
el sonido de tu aliento,
me provoca estrecharte
y un beso en la frente darte.
A veces cuando escucho
que el mar brama inquieto,
en silencio lo admiro
y me quedo satisfecho.
A veces cuando escucho
la fuerte lluvia caer,
quisiera salir corriendo
y de sus aguas beber.
A veces cuando escucho
y no me escuchas a mí,
quisiera que me escuches
como yo te escucho a ti.
Por: Carlos Elizalde Sánchez.
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